Quienes me conocen de tiempo atrás, saben que soy experta en hacer los más ricos y variados postres y como es de esperarse, me encantan. Al respecto no todo es color de rosas; cada vez que hacia un postre nuevo aparecía la voz de la conciencia (en este caso, mi mamá) recordándome el histórico familiar, que para mi tristeza se resume en una palabra que va en contra de todas esas delicias “diabetes”. Sí, aparece a través de las generaciones dejando vestigios de lo que hace una mala alimentación (al decir mala me refiero a su alta concentración calórica y no a mi desaprobación). Bueno en fin.
Siempre pensé que esa vaina le da a los otros y no a mí. Los números siempre estuvieron a mi favor, los laboratorios reflejaban una vida sedentaria pero todo dentro de los parámetros normales. Hasta hace poco más de un mes. El tan esperado valor de glucosa en sangre, subió, está en esa estrecha porción en que no eres normal y no eres diabético. Como quien dice, estoy al borde del abismo luchando para no caerme.

Lo jarto del asunto es que la ropa no me queda…. los pantalones se me caen y se me hacen bolsas en los vestidos. Aún no es tiempo de cambiar de guarda ropa, porque faltan kilos por perder, en fin, volveré a la moda hip-hop y de nuevo andaré con los pantalones en la mitad de la cola……
Que viva la moda skater de nuevo!!!!
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