Para todos nosotros que tuvimos nuestra infancia y adolescencia en las décadas de 80 y 90, el nombre de Ace Ventura nos acuerda de una antigua película de Jim Carry que trataba de un desastre de detective de animales. Ahora desempolve un poco su memoria y acuérdese de cómo andaba Ace, chancla, bermuda tipo cargo, esqueleto blanca y por encima camisa guayabera de flores… no se puede olvidar del pelo!!! Ahora intente traer esa imagen a la actualidad, listo, acabo de ver la imagen de uno de mis compañeros de la U.
Durante mi primer año de estudio en Brasil apareció la primera oportunidad de viajar con una justificación convincente “hay un congreso en Rio de Janeiro”. El grupo se animó, no siempre se tiene la oportunidad de ir a Rio, al final, viajamos 10 incluyendo a Ace… Como en todo congreso, dejamos un día para ir de turista, puntos obligatorios en Rio: el Corcovado y el Pão de açucar (para la mayoría de mis amigos nerd, playa no es punto turístico). Fuimos en la mañana al Corcovado y en la tarde al Pão de açucar, esta historia se va a concentrar en esa tarde.
Fuimos en bus hasta el morro de la Urca, lugar de entrada al Pão de açucar. Lo primero que se encuentra (mucho antes que la tabla de precios) es un letrero que dice en 3 idiomas “por favor, no alimente los animales”, al lado de la taquilla estaba de nuevo “por favor, no alimente los animales”, fuimos a pegar el bondinho “por favor, no alimente los animales”, y así sucesivamente, eran por lo menos diez placas pidiendo no dar de comer a los animales. Listo!!! Llegamos a la parte alta del Pão de açucar, chévere, todo lo que se puede ver en las postales, la playa de botafogo con todos sus barquitos, al fondo la ciudad y más atrás el Cristo redentor. Hay aparecieron los tales animales. Pequeños miquitos chistositos con la carita blanca y mirada maliciosa. Algunos de mis compañeros intentaron sacar fotos sin éxito, Ace tuvo la brillante idea de ofrecer un halls para el miquito (como si halls no fuera comida), el miquito salió lindo en la foto, solo que Ice no se dio cuenta que el amigo del miquito estaba llegando y lo obvio sucedió… el mico mordió a Ace. Hay nosotros con todo nuestro conocimiento de naturaleza no le dimos importancia. Por suerte, uno de los guardias nos escuchó la historia, nos dijo que era necesario que Ice recibiera vacunas contra la rabia. Y ahora? Donde tienen la tal vacuna??.... en este momento solo hay en el hospital de la barra da tijuca.
Nos dieron las indicaciones para llegar y nos fuimos para allá… solo se nos olvido un detalle, como en cualquier metrópoli las 6pm es la hora del trancón. Coguimos el bus y andamos, andamos y andamos, pasamos por flamengo, Copacabana, Ipanema, Leblon (ahí ya eran las 8pm), la Rosinha (la mayor favela del mundo), São Conrado y al fin apareció la tal Barra da Tijuca. Llegamos más o menos a las 10pm al hospital. Como en cualquier hospital público se demoraron montones en atender al super pilo de mi compañero, mientras tanto el resto intentando dormir en las sillas de los corredores. Finalmente, a las 3am del día siguiente, después de recibir siete inyecciones dejaron que Ace se fuera para la casa. Un nuevo problema, donde diablos hay un taxi para volver??
De la nada apareció un taxi blanco, el conductor acepto llevarnos a todos, siete personas contándolo, nos acomodamos así, uno en la silla del copiloto, cuatro sentados atrás y Ace encima de nosotros. Durante el camino alcanzamos a pensar que nos iban a robar porque el hombre se paso todo el tiempo hablando por celular diciendo “acabe de recoger un grupo aquí, vamos por tal lugar, vamos para tal lugar”…. Bueno, al final conseguimos llegar al apartamento, muertos de cansancio y queriendo levantar a alguien (creo que no es necesario ser más específica)…
Al final del día aprendimos la lección “no dé comida a los animales”
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